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Tras la inoportuna suspensión de la prueba debido al temporal que azotó Galicia por esas fechas todo quedó en el aire a la espera de que la Federación tomara una resolución: o bien la cancelación definitiva o la suspensión temporal. La decisión no se hizo esperar y los participantes quedamos de nuevo emplazados para el Sábado día 13 de Marzo a las 4 de la tarde en el monte Vixiador, ahora sí que la suerte estaba echada.
Con la puntualidad de un guerrero espartano ante una batalla Iago y Silvia llegaron a mi casa para partir juntos hacia nuestro nuevo destino: la muerte por agonía o la gloria eterna de los dioses. Éramos conscientes de nuestras debilidades pero también estábamos seguros de nuestras virtudes.
De mi casa continuamos para recoger a Dani que era el artífice de que nos hubiéramos metido en este lio. Para completar el grupeto nos faltaba el inimitable Casalini que ya nada más llegar al coche mostraba signos o de estar borracho o de emoción desbordada ya que se abalanzó sobre nosotros profiriendo gritos y realizando exagerados aspavientos.
El aparcamiento estaba a tope y allá donde miraras los aspirantes a duatletas se afanaban en acondicionar sus músculos para la dura batalla que estaban a punto de afrontar. Como conejos asustados salimos de nuestra madriguera a formalizar las inscripciones, luego, la revisión del material y un leve calentamiento fueron los prolegómenos antes del comienzo de la prueba. La Banda del Cheri estaba a punto de debutar y plasmar su nombre en una prueba oficial del calendario de la Federación Galega de Triatlon. ¿A que altura quedaría su nombre?
Los corredores nos apiñábamos en la linea de salida esparando la señal para comenzar la carrera, los nervios estaban a flor de piel y las caras de tensión presagiaban que esto estaba a punto de comenzar. Algunos luchaban contra el crono,otros contra sus rivales corredores y unos pocos luchábamos contra nosotros mismos. La salida fue fulgurante y los aspirantes a todo salieron como alma que lleva el diablo, la inercia de la carrera te arrastraba hacia adelante como una corriente de aire huracanado pero sabíamos que esa no era nuestra carrera por lo que Iago y yo marcamos nuestro propio ritmo para poder afrontar el final con garantías. Sabíamos que si las cosas iban bien la parte de la bici nos ayudaría a remontar posiciones. Dani sin embargo pronto se distanció de nosotros ocupando las primeras posiciones en elprimer sector de carrera a pie, esta era su mejor baza y tenía que explotarla al máximo tal y como nosotros haríamos con la bici. Totalmente desconectados de lo que pasaba por delante "el Mamut" y "el Cheri" completamos el primer sector a pié en unos meritorios 21 y 21:15 minutos respectivamente llegando a la zona de transición no demasiado cansados y con las miras puestas en los siguientes 20 kilómetros que era donde teníamos que esforzarnos de verdad. La transición la hicimos con tranquilidad (yo quizás con excesiva tranquilidad). Dani había pasado por allí con unos estratosféricos 17:48 que lo ponían muy por delante de nosotros. En la Madroa se oía rugir a los leones pero en realidad eran los desgarrados gritos de Casalini que nos animaba como un auténtico hooligan.
Lo cierto es que salimos muy fuertes en la bici porque sabíamos que la primera parte del circuito no era dura y podíamos arriesgar. El primer contacto con la bici fue muy doloroso y nuestros músculos gimieron como la protagonista de Garganta profunda al ser penetrada por su amante. Ya desde el principio del sector en bici fuimos remontando posiciones, unas veces Iago por delante (sobre todo en los tramos de bajada) y otras yo (cuando el terreno se empinaba) pero siempre a la vista y sin sacarnos mucha distancia. Fue una primera vuelta muy buena y nos servía para coger un buen ritmo y confianza en nosotros mismos. El circuito terminaba con una dura rampa que te llevaba a un bonito tramo de bajada que moría en el merendero donde te obligaban a un incómodo zigzagueo por entre los árboles que hacía que se ralentizara mucho la velocidad de la prueba. Llegados a este punto encarábamos con basatente moral la siguiente vuelta ya que habíamos dejado de rueda a muchos de nuestros rivales y parecía que las cosas funcionaban. Más o menos por la mitad de esta segunda vuelta se produjo unas de las circunstancias que yo personalmente más temía y no era otra cosa
La Banda del Cheri llegó a meta en menos de dos horas, entre los 1:42:51 y los 1:45:05 quedando entre los 48 mejores tiempos de la carrera completando un más que meritorio Duatlon. Aunque hubiéramos quedado de últimos mi admiración y gratitud serían exactamente los mismos para mis colegas y amigos de La Banda que una vez más han demostrado que SÓLO el entusiasmo es el que nos ha llevado donde estamos, esta ha sido la verdadera arma para nosotros. Nunca nos habíamos enfrentado a algo así y creo que para ser la primera vez nos hemos demostrado a nosotros mismos que si queremos podemos.
Sólo me queda desde aquí daros las gracias por haber compartido esto y que se haya convertido como tantas otras cosas en algo que recordaremos durante toda nuestra vida. No me olvido de Silvia y Casalini que nos alentaron en el esfuerzo y que aunque no lo sepan han contribuido mucho a que esto ocurriera tal y como ha sido.