lunes, 29 de marzo de 2010

Crónica I Duatlon Cross Mámoa do Vixiador


Tras la inoportuna suspensión de la prueba debido al temporal que azotó Galicia por esas fechas todo quedó en el aire a la espera de que la Federación tomara una resolución: o bien la cancelación definitiva o la suspensión temporal. La decisión no se hizo esperar y los participantes quedamos de nuevo emplazados para el Sábado día 13 de Marzo a las 4 de la tarde en el monte Vixiador, ahora sí que la suerte estaba echada.
Con la puntualidad de un guerrero espartano ante una batalla Iago y Silvia llegaron a mi casa para partir juntos hacia nuestro nuevo destino: la muerte por agonía o la gloria eterna de los dioses. Éramos conscientes de nuestras debilidades pero también estábamos seguros de nuestras virtudes.
De mi casa continuamos para recoger a Dani que era el artífice de que nos hubiéramos metido en este lio. Para completar el grupeto nos faltaba el inimitable Casalini que ya nada más llegar al coche mostraba signos o de estar borracho o de emoción desbordada ya que se abalanzó sobre nosotros profiriendo gritos y realizando exagerados aspavientos.
El aparcamiento estaba a tope y allá donde miraras los aspirantes a duatletas se afanaban en acondicionar sus músculos para la dura batalla que estaban a punto de afrontar. Como conejos asustados salimos de nuestra madriguera a formalizar las inscripciones, luego, la revisión del material y un leve calentamiento fueron los prolegómenos antes del comienzo de la prueba. La Banda del Cheri estaba a punto de debutar y plasmar su nombre en una prueba oficial del calendario de la Federación Galega de Triatlon. ¿A que altura quedaría su nombre?


Los corredores nos apiñábamos en la linea de salida esparando la señal para comenzar la carrera, los nervios estaban a flor de piel y las caras de tensión presagiaban que esto estaba a punto de comenzar. Algunos luchaban contra el crono,otros contra sus rivales corredores y unos pocos luchábamos contra nosotros mismos. La salida fue fulgurante y los aspirantes a todo salieron como alma que lleva el diablo, la inercia de la carrera te arrastraba hacia adelante como una corriente de aire huracanado pero sabíamos que esa no era nuestra carrera por lo que Iago y yo marcamos nuestro propio ritmo para poder afrontar el final con garantías. Sabíamos que si las cosas iban bien la parte de la bici nos ayudaría a remontar posiciones. Dani sin embargo pronto se distanció de nosotros ocupando las primeras posiciones en elprimer sector de carrera a pie, esta era su mejor baza y tenía que explotarla al máximo tal y como nosotros haríamos con la bici. Totalmente desconectados de lo que pasaba por delante "el Mamut" y "el Cheri" completamos el primer sector a pié en unos meritorios 21 y 21:15 minutos respectivamente llegando a la zona de transición no demasiado cansados y con las miras puestas en los siguientes 20 kilómetros que era donde teníamos que esforzarnos de verdad. La transición la hicimos con tranquilidad (yo quizás con excesiva tranquilidad). Dani había pasado por allí con unos estratosféricos 17:48 que lo ponían muy por delante de nosotros. En la Madroa se oía rugir a los leones pero en realidad eran los desgarrados gritos de Casalini que nos animaba como un auténtico hooligan.




Lo cierto es que salimos muy fuertes en la bici porque sabíamos que la primera parte del circuito no era dura y podíamos arriesgar. El primer contacto con la bici fue muy doloroso y nuestros músculos gimieron como la protagonista de Garganta profunda al ser penetrada por su amante. Ya desde el principio del sector en bici fuimos remontando posiciones, unas veces Iago por delante (sobre todo en los tramos de bajada) y otras yo (cuando el terreno se empinaba) pero siempre a la vista y sin sacarnos mucha distancia. Fue una primera vuelta muy buena y nos servía para coger un buen ritmo y confianza en nosotros mismos. El circuito terminaba con una dura rampa que te llevaba a un bonito tramo de bajada que moría en el merendero donde te obligaban a un incómodo zigzagueo por entre los árboles que hacía que se ralentizara mucho la velocidad de la prueba. Llegados a este punto encarábamos con basatente moral la siguiente vuelta ya que habíamos dejado de rueda a muchos de nuestros rivales y parecía que las cosas funcionaban. Más o menos por la mitad de esta segunda vuelta se produjo unas de las circunstancias que yo personalmente más temía y no era otra cosa que el agarrotamiento de los músculos por la falta de costumbre de unir la carrera a pie y en bici. El gemelo estaba dando sus primeros síntomas de fatiga y amenazaba con subirse en cualquier momento por lo que a partir de este punto tuve que adaptarme a las nuevas circunstancias y seguir pedaleando con precaución para no quedar fuera de la carrera. La cabeza comenzaba a dar vueltas y a decir que no terminaría la prueba pero sabía que llevaría esto hasta el límite antes que abandonar. Los siguientes kilómetros fueron realizados con precaución pero sin perder mucho el ritmo de la carrera y poco a poco me fui recuperando hasta completar cerca de Iago la segunda vuelta. Las dudas ya estaban instaladas en mi cabeza pero había que seguir, Casalini y Silvia nos animaban con fuertes gritos. Después de la segunda bajada del circuito fue cuando vimos a Dani por primera vez y al terminar estas bajadas llegamos a su altura. La falta de pedaleo por sus entrenamientos le estaba pasando factura y a pesar de mi invitación a seguirme prefirió continuar a su ritmo para llegar por fin al último tramo de la carrera que era el que de verdad le favorecía. Después de encarar un tramo de subida y un pequeño llaneo fue cuando en plena bajada me volvieron los problemas a mis gemelos, el dolor era muy fuerte y me obligó a sacar los pies de los pedales y estirar las piernas con elpeligro de que se me agarrotaran definitivamente. Me dejé llevar en el tramo de bajada pero ahora era muy consciente que tenía muchas posibilidades de no terminar la carrera ya que no podía hacer fuerza con las piernas y me quedaba el tramo más duro del circuito, el tramo desde la carretera hasta al merendero. Estos fueron los momentos más duros encima de la bici, bajé radicalmente el ritmo y fui tirando para arriba como podía, el dolor seguía siendo muy intenso y tenía que controlar la fuerza que ejercía para no bloquear definitivamente mis piernas. Ahora si que las dudas eran muy grandes ya que faltaba el último sector a pie y aunque corto, en estas condiciones iba a resultar una auténtica pesadilla. LLegué a la última transición unos segundos antes que Iago y como siempre fue Iago el que salió de primero en esta zona. Las manos te temblaban y la coordinación era escasa en este punto, la bici se me cayó al suelo al colocarla y el juez me advirtió que tenía que volver a colgarla. Si la sensación de subirse a la bici después de correr fue dura esta fue indescriptible, las piernas temblaban y el dolor era tan intenso que corrías porque había que hacerlo pero no porque pudieras. Me giré y le pregunté a Iago cómo estaba y su cara me contestó antes que su voz, voy muerto pero la determinación también se dibujaba en su rostro y ambos sabíamos que ganaríamos esta batalla. Pronto nos distanciamos y corrimos los 2,5 kilómetros más largos de nuestras vidas.
La Banda del Cheri llegó a meta en menos de dos horas, entre los 1:42:51 y los 1:45:05 quedando entre los 48 mejores tiempos de la carrera completando un más que meritorio Duatlon. Aunque hubiéramos quedado de últimos mi admiración y gratitud serían exactamente los mismos para mis colegas y amigos de La Banda que una vez más han demostrado que SÓLO el entusiasmo es el que nos ha llevado donde estamos, esta ha sido la verdadera arma para nosotros. Nunca nos habíamos enfrentado a algo así y creo que para ser la primera vez nos hemos demostrado a nosotros mismos que si queremos podemos.









Sólo me queda desde aquí daros las gracias por haber compartido esto y que se haya convertido como tantas otras cosas en algo que recordaremos durante toda nuestra vida. No me olvido de Silvia y Casalini que nos alentaron en el esfuerzo y que aunque no lo sepan han contribuido mucho a que esto ocurriera tal y como ha sido.